el paraíso de las miradas

Un día de repente llegaste como algo inesperado. A santo de nada, todavía no he logrado entender el motivo. Te hiciste tan importante que casi formabas parte de mi, que casi eramos uno. Llegué a pensar que sin verte, te tenía de memoria. Me acerqué a ti de forma sutil y sin pensarlo, ambos caímos en nuestras redes. Tu en la mía y yo en la tuya. La vida está llena de momentos inesperados, que no tienen motivo ni razón de ser, pero que cuando llegan no podemos evitar. Tal vez yo no era para ti, ni tu para mi. Quizá la situación era la equivocada, pero tu y yo eramos el momento perfecto y aquel el mejor lugar. En a penas unos instantes nos llenamos de vida, fantasía, sueños e ilusiones. En tan solo un segundo logramos hacer eso que tanto quieren todos, parar el tiempo. Fue ese justo instante en el que tus ojos se fijaron en los míos, en el que los míos se centraron solo en los tuyos y el tiempo, de repente, dejó de ir más allá para centrarse en lo bello que era el paisaje donde miraba, tu mirar. Sabes que es lo más bonito? Que ese momento fue solo nuestro, que allí no había nadie ni nada más. Que eramos tu, y yo. Que nunca nadie sabrá de la existencia del maravilloso lugar en el que habitaron nuestros cuerpos, porque no se funda en una razón ni en un sitio físico. El paraíso que logramos alcanzar, será para siempre tuyo, será para siempre mío. Será... Para siempre nuestro. 

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